Como estos dos estudiantes oaxaqueños luchan por traer la diversidad lingüística en espacios de salud
By: Miguel Hernandez
(Escucha el audio completo en Español y Mixteco, variante de Guadalupe Nundaca, 5 min)
Para muchos, la migración a los Estados Unidos no es ninguna tarea fácil, pero para la comunidad indígena migrante, este viaje es mucho más difícil y complejo. Uno de los retos enfrenta esta comunidad, es la barrera lingüística que consiste en no solo en aprender inglés, sino también a aprender el español. La incapacidad de comunicar necesidades básicas se convierte en un problema que puede ser de vida o muerte
Un lugar donde esto se vuelve específicamente peligroso es en los espacios de salud, como clínicas y hospitales.
“La imposibilidad de que una persona pueda comunicar una emergencia médica porque el proveedor no habla el idioma es un problema que nadie debería enfrentar jamás”, mencionó un migrante de habla indígena.
Pero para algunos, estas injusticias son un medio de motivación para realizar cambios sistemáticos en el sistema de salud y cómo interactúan con comunidades indígenas.
Este fue el caso de dos estudiantes oaxaqueños:
María y Bulmaro García son dos estudiantes que nacieron en Asunción, Oaxaca e emigraron a los estados unidos cuando apenas tenían solo 8 y 11 años. En una entrevista con María, ella recolecta cómo al llegar a los Estados Unidos se enfrentó con los retos de no saber cómo hablar inglés, y no tener un lugar estable donde vivir. María también menciona como era muy difícil y frustrante para ella tener que vivir en un lugar donde nadie la entendía y donde no entendía a nadie.
María y su familia en mayoría hablan zapoteco, una lengua indígena, y cuando llegaron a los Estados Unidos tuvieron que aprender el nuevo idioma y el nuevo estilo de vida. María mencionó como cuando llegaron a los Estados Unidos, su familia empezó a trabajar en el campo.
María también compartió como en una ocasión acompañó a sus padres a trabajar en el campo, y pisco fresas por una temporada, pero descubrió que la vida en el campo era muy difícil, ademas de que ella tenía el sueño de estudiar.
Ahora, décadas después, María y Bulmaro están a punto de graduarse de la universidad como enfermeros. María da gracias a las oportunidades de la vida que le brindaron la oportunidad de ir a la universidad y graduarse. Finalmente, María reconoce que no muchas personas de su comunidad tienen las mismas oportunidades que ella y desea hacer un cambio positivo para su comunidad convirtiéndose en una enfermera bilingüe que hable español y zapoteco.